Dwight Hartigan, a sin place…

Érase una vez un individuo, de nombre George, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no ha podido consegurilo, pero esta en proceso de ello, un proceso doloroso, pero que lleva a un lugar tranquilo, donde puede reposar sin sobresaltos…